Escribe Federico Fernández
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El lunes por la tarde fue convocada, en el auditorio de la Facultad, una asamblea interclaustro promovida por la conducción del Centro de Estudiantes (La Cámpora, Patria Grande), las gremiales docentes (FEDUBA, AGD), la comisión interna no docente y ATE-CONICET. No fueron parte de su convocatoria ni su coordinación los estudiantes autoconvocados e independientes que han sostenido la toma de la Facultad. La "interclaustro", desde arriba, vino a suplantar a las asambleas del Centro de Estudiantes, el cual levantó la toma de la Facultad de forma administrativa. La misma fue copada por la gestión que llenó con anticipación las primeras filas del auditorio. A medida que avanzó la jornada, decenas de estudiantes se hicieron presentes sin alcanzar, de todas formas, la magnitud de la asamblea callejera que votó ocupar Sociales contra el veto de Milei a la Ley de Financiamiento Universitario.
La convocatoria a la asamblea interclaustro incluyó una advertencia: en un comunicado, el Centro se adelantó a prevenir medidas “que afecten otros claustros”, como una nueva toma o la convocatoria a un paro. Se resolvió, en cambio, una infinita cantidad de medidas de ´visibilización´, entre las cuales la marcha del 12 de noviembre figura como una “opción a coordinar”, ignorando que fue convocada por una asamblea que reunió a estudiantes de varias facultades. Tampoco se nombra la determinación de que la movilización termine en Plaza de Mayo, es decir, frente al centro del poder político, una marcha contra Milei.
Política Obrera fue la única corriente que cuestionó en sus intervenciones la modalidad y la orientación de la actividad. El resto, en cambio, ´saludó´ la iniciativa. Al final, el FITU y el NMAS, junto a nosotros, coincidimos al momento de las mociones en la defensa de la movilización del 12, relegada por el frente kirchnerista que finalmente se impuso por escaso margen.
La nota la dio el aparato del PO, desde la conducción de AGD-UBA y de la comisión no docente, que insistió en que “nada era contrapuesto” y que simplemente había que añadir el pliego de Plaza de Mayo al resuelto por la interclaustro. Todas sus intervenciones reivindicaron la “unidad” con el “frente gremial” K, que en Sociales dirige el Centro, FEDUBA y el decanato. El PO de Sociales integra con entusiasmo ese “frente” con el rectorado y la burocracia sindical, enemigos declarados de las tomas, promotores de su desalojo. Sobre el final de la asamblea, la misma fue disuelta para rechazar la incorporación de las reivindicaciones, llamando a refrendar los pliegos de cada gremio. La "interclaustro" fue una pantomima.
En todo el país, estas fuerzas políticas trabajan por el fracaso de la movilización del 12. Su “plan de lucha” consiste en un festival el 22 de noviembre y una movilización al Congreso el 5 de diciembre, cuando se trataría el presupuesto 2025. Con más ímpetu y eficacia que el propio gobierno trabajan por el fin de la lucha y la movilización. Algunas de sus intervenciones en la "interclaustro" no dejaron lugar a dudas; “Al gobierno no se lo derrota en la calle, hay que votar bien en 2025”, proclamaron sus oradores. Esa orientación consolida la destrucción del salario docente y no docente y del presupuesto universitario.
A esta operación contra la lucha, el activismo ya “les bajó el pulgar”. El conflicto no se ha solucionado de ninguna forma. La crisis social se agrava en Argentina y las luchas se encuentran en ascenso. Como lo fueron las tomas, la convocatoria y la realización de la movilización del 12 a Plaza de Mayo es una tarea del activismo, los luchadores y los autoconvocados.