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Prácticamente todos los medios occidentales avisaron que Israel y Hamás estarían en el último tramo de un acuerdo por el alto al fuego. Aunque Trump prometió convertir Medio Oriente en “un infierno” si no se acatan sus indicaciones, la confirmación del alto al fuego se demora (Haaretz 14/1).
Mientras Hamás exige un final completo de la guerra, Netanyahu pretende un acuerdo «parcial» que le permita reanudarla apenas sean liberados los rehenes. Los partidos religiosos que encarnan los ministros ultraderechistas Ben Gvir y Smotrich han amenazado con dejar el gobierno si se firma el acuerdo. Más claro: podrían “derribar el gobierno y poner en peligro el futuro político de Netanyahu si acepta un acuerdo que ponga fin a la guerra en Gaza”, afirma en New York Times (13/1).
Los sionistas no han logrado controlar el territorio gazatí a pesar de la destrucción total de la infraestructura, de la hambruna, del genocidio. Hamás exige la retirada completa de Israel, el regreso al norte de los desplazados, la entrada de materiales para la reconstrucción y la libertad de los presos palestinos. Osama Hamdan, un alto cargo de Hamás, declaró la semana pasada en Argelia que debe haber «un fin absoluto a la agresión». Estados como Arabia Saudita insisten en una salida de “dos Estados”.
Israel pretende dejar establecido un corredor de 1,5 kilómetros, que Hamás propone limitar a 500 metros de la frontera.
El lunes a la noche la agencia EFE difundió un borrador del acuerdo que describe un cese del fuego en tres fases. La primera, de 42 días, constaría de la devolución gradual de 33 rehenes israelíes cada siete días durante seis semanas, a cambio de la liberación de cientos de mujeres y niños palestinos encarcelados por Israel.
Un funcionario israelí dijo que el número de prisioneros palestinos liberados dependería de cuántos de los 33 seguían vivos. “En total, Israel liberará a cientos de presos palestinos, incluidos algunos condenados por asesinato”, protestó un funcionario israelí al Financial Times (14/1).
Además, los sionistas deberían retirarse de los centros poblados para que regresen los desplazados al Norte, acompañados por un aumento de la ayuda humanitaria.
A partir de la semana 16 se comenzaría a negociar la segunda fase, cuando Hamás liberaría a los rehenes restantes a cambio de más prisioneros y de la "retirada completa" de los israelíes.
Aún no hay garantías escritas de que Israel no retomará la campaña militar una vez finalizada la segunda fase. En El Líbano, con todos los acuerdos por escrito, no se ha privado de bombardear a su antojo aldeas y ciudades de todas las confesiones. Muchos prisioneros palestinos liberados en el único canje que tuvo lugar desde el 7 de octubre fueron recapturados o asesinados por Israel en los meses siguientes.
En la tercera fase, Hamás devolvería los cuerpos de los rehenes restantes a cambio de alcanzar un plan de reconstrucción en Gaza, bajo supervisión internacional, que duraría de tres a cinco años.
El martes, Netanyahu comunicó a las familias de los rehenes que podría firmarse un acuerdo «en cuestión de horas». Las familias exigieron la continuidad inmediata de todas las fases del acuerdo.
Si adentro tiene un tembladeral, el carnicero de Tel Aviv afuera no está mejor. Ayer, Suiza informó que, si Netanyahu concurre a la reunión del Foro Económico Mundial de Davos, prevista entre el 20 y el 24 de enero, está “obligada a detenerlo”, como “a cualquier otro individuo acusado, siempre que la Corte Penal Internacional (CPI) haya emitido una orden de arresto o una solicitud de extradición correspondiente”.
Hamás señaló taxativamente que no liberará al resto de los rehenes ni devolverá los cadáveres si no se le asegura el fin de la guerra y la retirada israelí, mientras que Netanyahu declaró que no se retirará “hasta eliminar la capacidad militar y gubernamental de Hamás”.
Haaretz califica el acuerdo de “extraordinariamente tenue”, lo que significa que Netanyahu podría violarlo apenas los rehenes de la primera fase lleguen a Tel Aviv.
Este martes, el secretario de Estado Blinken reconoció que la “devastadora campaña militar no había logrado derrotar al grupo terrorista e incluso había atraído a gente a su causa”. “Consideramos que Hamás ha reclutado tantos nuevos militantes como los que ha perdido”, afirmó.
Trump mantiene silencio sobre las características del cese al fuego, pero ha puesto toda su presión sobre Hamás, para adjudicarse la liberación de los rehenes e imponer su plan de colonización de Palestina.
Los “protocolos” de bombardeo de las fuerzas israelíes sobre Gaza para asesinar civiles a mansalva Por Joaquín Antúnez, 14/01/2025.