La UTA y el paro de la CGT

Escribe Pablo Busch

Una maniobra con el gobierno.

La UTA y el paro de la CGT

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Los salarios de los choferes de colectivos están muy atrasados, con paritarias congeladas desde hace meses, sin que el sindicato convoque a luchar. La convocatoria a un paro general de la UTA para este viernes, sin embargo, no tuvo nada que ver con los intereses de los choferes. La conciliación obligatoria dictada por el gobierno Milei-Pettovello-Cordero por 15 días se ejecutó automáticamente.

El “paro que no fue” se trató de una maniobra conjunta entre la UTA y el Gobierno para darle una cobertura legal a los dirigentes del sindicato para bajarse decorosamente del paro de la CGT y dejarlo sin su principal herramienta de presión. En medio de la ‘deslaboralización’ de las relaciones laborales, que ha generado un mar de monotributistas, independientes, trabajadores en negro, por objetivos, etc.; el paro convocado por los sindicatos orgánicos de la CGT solo se siente si se le quita a los precarizados la posibilidad de llegar a sus lugares de trabajo. Aún con paro de la UTA, en las localidades del interior este tipo de medidas prácticamente no tienen impacto.

Según La Nación, “desde el Gobierno sostienen que la UTA está imposibilitada de tomar medidas de fuerza por el período de conciliación dispuesto. En caso de adherir, el gremio se expondría a una sanción, que podría ir desde una pena económica a la pérdida de la personería gremial”. Esto es falso; la adhesión a un paro general queda afuera de la ‘conciliación’ con la patronal del transporte. Pero no sé trata de un problema legal sino político, pues la conciliación obligatoria aplica a una medida de naturaleza diferente a la adoptada por la CGT.

“Si el Gobierno quisiera condicionar a los sindicatos y aplicar la conciliación obligatoria para la huelga general, tiene que convocar a integrantes del propio Gobierno y a la CGT y aplicarle la conciliación obligatoria a ese conflicto. Esto implicaría que no podría haber un paro general y que el Gobierno debería dar marcha atrás con la política económica de la cual se deriva esa convocatoria a paro general, y las partes sentarse a negociar. Pero el Gobierno no puede decir, ustedes la UTA, o ustedes Calzado, o ustedes los metalúrgicos, o cualquier sindicato, como tienen un conflicto con su patronal en el que hay conciliación obligatoria no pueden adherir a un paro general de la CGT. No tiene ningún sustento jurídico”, opinó el abogado laboral Gustavo Ciampa en el portal www.mundogremial.com. Prueba de ello es que los trabajadores de Granja Tres Arroyos pararon rotundamente contra el no pago de los salarios, aun cuando existía una conciliación obligatoria vigente por los 80 trabajadores despedidos. En conclusión: la conciliación obligatoria solo le servirá a la UTA como una excusa para bajarse de un paro general al que no quiere adherir.

La crisis del régimen de transporte subsidiado ha alineado a un conjunto de patronales detrás del reclamo de la liberación de las tarifas y el fin de los subsidios. El gobierno, aunque todavía no liberó las tarifas, le ha concedido un megatarifazo a las empresas de colectivos, mientras sigue pagando miles de millones de pesos en subsidios. Las líneas de colectivos redujeron notoriamente las frecuencias de los ramales y horarios menos rentables, mientras los salarios de los trabajadores siguen congelados en $1.050.000 – otro gran subsidio al capital. Detrás de esta orientación patronal, está alineada la conducción de la UTA. Roberto Fernández, secretario general, valoró en su comunicado de ayer la política del gobierno frente al transporte. Fernández tiene 80 años y es desde 2008 secretario general de la UTA, que reúne a unos 40.000 choferes en todo el país. La UTA no acompañó en su momento los intentos de algunos gremios del transporte de tomar medidas al margen de la CGT. El alineamiento de la conducción de la UTA con el Gobierno coincide con el conjunto de las direcciones sindicales, con el moyanismo a la cabeza.

La consistencia del paro de la CGT está fuertemente cuestionada, por la defección de la UTA, pero también por las características del paro, que fue llamado sin que se modifique un milímetro la colaboración de los sindicatos con el Gobierno. El paro, en su consigna central, cuestiona los topes a las paritarias que los mismos dirigentes sindicales de la CGT firman. Algunos medios atribuyen la convocatoria al paro a la búsqueda de una negociación con el Gobierno para evitar que se modifique el aporte de los no afiliados, una de las principales cajas de los sindicatos.

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