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Las encuestadoras no se cansaron de señalar en los últimos años que el 'fenómeno Milei' se explica por el fuerte ascendente que el “economista liberal-libertario” tiene sobre la juventud (casi un 70% de su electorado). Con un discurso contra la 'casta' política y en defensa de la 'meritocracia', Javier Milei contaba con el apoyo de una organización juvenil nacional llamada Generación Libertaria. En los últimos días, sin embargo, la presidenta de este agrupamiento (Mila Zurbriggen, de 23 años) anunció públicamente su ruptura con el partido Libertad Avanza, denunciando la utilización de “favores sexuales” como medio para ascender en el partido y otras prácticas propias de la 'casta política'. Por su parte, el partido de Milei respondió con denuncias a Zurbriggen, planteando que se trata de una disputa por cargos y dineros. Incluso llegaron a proferir insultos y amenazas, y la cosa terminó en la justicia. Zurbriggen se encuentra, según dijo, con custodia y botón antipánico.
A las denuncias de Zurbriggen le siguieron una catarata de manifestaciones en las redes sociales del mismo tenor de otros dirigentes juveniles de todo el país. Explicaron su 'decepción' con Milei, aunque mantienen la reivindicación de los 'ideales libertarios'. El vicepresidente de Generación Libertaria dejó entrever otros malestares con el partido: dijo que Libertad Avanza “es un quilombo”, que Milei “es un inútil político” porque “no tiene la posibilidad de generar consensos con gente que piensa diferente, no puede organizar un partido a nivel interno, ni tampoco a nivel externo, porque no puede generar acuerdos ni llegar a puntos comunes con otras personas”.
El ascendiente de Milei en la juventud apareció luego del fracaso del kirchnerismo por poner en pie una juventud regimentada desde el Estado. Con ese propósito se había creado La Cámpora, la Juventud Sindical y otros agrupamientos similares financiados con las arcas públicas. Este intento del kirchnerismo, a su vez, era la respuesta a un ascenso de la izquierda entre la juventud, principalmente a partir del 2001, con la conquista de la FUBA y cientos de centros de estudiantes en todo el país. Mariano Ferreyra se convirtió en el símbolo de ese fenómeno.
Fue la bancarrota capitalista la que demostró el límite de esa tentativa de cooptar a los jóvenes al Estado. La Cámpora terminó reducida a una camarilla de (no tan jóvenes) dirigentes que ocupan cargos en el Estado. La integración de algunos dirigentes de La Mella-Patria Grande provocó la práctica disolución de estas fuerzas. El año pasado Hagman se retiró de la comisión que trató el acuerdo con el FMI para “no obstaculizar” su aprobación. Otro referente juvenil del kirchnerismo, 'Wado' De Pedro, se candidatea hoy como vice del agente de la embajada norteamericana, Sergio Massa. Difícilmente pueda hoy el gobierno aspirar nuevamente a poner en pie una juventud, que sólo podría llamarse la Juventud del FMI.
El macrismo, por su parte, tampoco ha logrado poner atraer a los jóvenes. Se limitó a apoyarse en la juventud de la UCR, conocida en las casas de estudio como la Franja Morada, que ha recuperado en los últimos años el terreno que había perdido a manos de la izquierda y el kirchnerismo, no sin manejos mafiosos y fraudulentos. La izquierda referenciada con el FIT-U ha perdido todo atractivo para la juventud, como no podía ser de otra manera para partidos que carecen de una política revolucionaria. En el reciente congreso fraudulento de la FUA, hubo acusaciones entre los partidos del FIT-U de transar el quórum con la Franja Morada a cambio de alguna secretaría.
Este terreno de 'vacío político' es el que aprovecha Milei para atraer a sectores juveniles a su partido. El choque ha estallado por el lado de la 'falta de meritocracia' en el partido libertario; es decir, los manejos punteriles de la camarilla del 'peluca'. Pero la fracción política conservadora de Milei, que es financiada por un sector de la burguesía, no tiene ninguna posibilidad de construir siquiera un partido (no digamos ya un partido con democracia interna). El armado nacional de Milei se basa en acuerdos políticos con diferentes camarillas provinciales establecidas hace décadas (es decir, 'la casta'). Para lanzar su candidatura en la provincia de Buenos Aires, una vez fracasadas las negociaciones con Juntos por el Cambio, tuvo que 'comprar' el sello olvidado del excandidato Francisco De Narváez que se presentó en la provincia en 2011.
Milei es un aventurero en política y un estafador en política financiera. Representa a una camarilla que promueve el fraude del bitcoin, que ha llevado a la quiebra a decenas de miles de personas en todo el mundo que invirtieron sus ahorros allí siguiendo las profecías de estos gurúes de las finanzas. La estafa en materia económica es sólo un espejo de su estafa en política, donde se presenta con un discurso 'anti-sistema' para defender más que nadie el sistema actual.
La bancarrota del capitalismo empuja cada día a la juventud a la desocupación y la precarización laboral. Es afectada por el derrumbe educativo y el crecimiento del narcotráfico. Por su situación material, la juventud se da de bruces objetivamente con el régimen capitalista. Por eso los jóvenes fueron los protagonistas de las rebeliones latinoamericanas de los últimos tiempos, así como de las rebeliones en los países árabes. Milei sólo propone más precarización laboral, más libertad para despedir, más privatización de la educación, más libertad para el narcotráfico. El “liberal-libertario” es un enemigo declarado de que la juventud tenga un horizonte y un futuro. Su lugar en política, y entre la juventud en particular, sólo se explica por el derrumbe de los partidos tradicionales, cuya capitalización ha sido dilapidada por la izquierda.
Con su ruptura, los jóvenes de Generación Libertaria declararon que esto no significa una ruptura con los 'ideales libertarios', sino con el manejo discrecional del partido de Milei. En las últimas semanas, este partido desarrolló una campaña en favor del uso de las pistolas 'taser' por parte de las fuerzas represivas, lo cual no generó ningún tipo de disenso interno (incluso entre los jóvenes). Para los socialistas, una tarea de primer orden es la organización revolucionaria de la juventud para enfrentar las excrecencias, como los Milei y Espert, que brotan de la putrefacción del capitalismo. Es necesario explicar este fenómeno y organizar a los jóvenes en torno a una política socialista, que parta del agotamiento del capitalismo que se expresa más que nunca en la guerra imperialista mundial.
Con ese objetivo, este fin de semana Política Obrera va a realizar un campamento de la juventud por una política revolucionaria.
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