Escribe Marcelo Ramal
La oposición ´dialoguista´, afuera del escenario de la ´polarización´.
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Es cierto que las movilizaciones que surcaron las principales plazas del país este 24 de marzo fueron masivas. Pero más cierto todavía es que el gobierno de Milei y Villarruel consiguió encerrar la conmemoración en el baúl apolillado del “negacionismo” –el número de los realmente secuestrados, torturados y desaparecidos, o la otra cuestión acerca del ´terrorismo´ de las formaciones armadas. La agenda de la jornada debía ser obviamente otra: la derrota de los planes de ´licuación´ de los ingresos y la vida de los trabajadores y la forma, el método y las consignas de la movilización que debe acabar con un gobierno dispuesto a poner fin a las conquistas y derechos de los trabajadores.
El pejotakirchnerismo se acomodó perfectamente a ese guante, embarcándose en el debate acerca de si “fueron 30.000” y otras cuestiones largamente saldadas. La “nueva partitura” que Kicillof ha recomendado para resucitar al PJ se manifestó el 24 en la incorporación al acto y al escenario del aparato peronista y la CGT, por primera vez en 48 años y por primera vez desde que Néstor Kirchner descubrió la existencia de la dictadura –en 2004. La operación forma parte de la reconvocatoria al peronismo retirado, un paso esencial para construir la convivencia con el gobierno de la ultraderecha hasta octubre de 2027. Las Madres y Abuelas fueron la pantalla de una maniobra política concertada con el gobierno de Milei, que correspondió al convite designando a Ariel Lijo para la Corte Suprema y que, jubilación mediante de Maqueda, deberá privar de mayoría al dúo Rosatti-Rosenkrantz.
El retorno de la partitura de ´los dos demonios´ sirvió a Milei para desplazar del foco del 24 de marzo al ajuste criminal que está perpetrando contra trabajadores y jubilados. Es así que superó sin contratiempos lo que temía que iba a ser una gigantesca movilización popular; la burocracia no ofreció el menor indicio de la posibilidad de realizar una gran concentración obrera el 1° de Mayo próximo. En consonancia con lo que quería el gobierno, pejotistas y kirchneristas se treparon al carro de la “memoria”, adonde luego se sumaron Bullrich y Villarruel para disentir acerca de las modalidades que debe asumir una reintroducción legal de las FF.AA. en la represión interior. En un descarado ninguneo a una multitud que desde la asunción de Milei denuncia que “no se ve a la famosa CGT”, se subieron al palco del 24 de Axel Kicillof -ajustador de los sueldos docentes y estatales en la provincia- y los intendentes bonaerenses, las burocracias de la CGT y la CTA, que han consentido paritarias a la baja, los despidos y la licuación de las jubilaciones.
Ahora bien: si esta escalada brutal contra los trabajadores ha sido soslayada en nombre de una “memoria histórica”, hay que decir que esa “memoria” ha sido falsificada por partida doble. El video fabricado por el farsante Juan Yofre, un espía de la ex SIDE encargado de la infiltración política, no condena el golpe militar, pero evita hacer ostensible su reivindicación. Esto no es nuevo, Milei no inventó nada; lo vinieron haciendo los Alsogaray, la UCeDé, el macrismo y buena parte de la UCR, desde que fue necesario cambiar a la dictadura por la democracia como consecuencia de la derrota en Malvinas y el ascenso obrero creciente desde mediados de 1981. Milei y sus amigos no han sacado los pies de la institucionalización parida en 1982/1983 entre los partidos capitalistas, el alto mando y el imperialismo. La cúpula de las FFAA no quiere ni que se mente el pasado, de lo contrario no contaría con el apoyo del imperialismo para reequiparse ni romper el bloqueo británico. La guerra mundial entre la OTAN, Rusia, China y el reciente ingreso a ella de parte de Israel, ha devuelto a Malvinas un lugar estratégico que nunca había perdido en realidad. El kirchnerismo y el periodismo ignoran esta cuestión cuando no la escamotean concientemente. El “pacto de la democracia” sigue inconmovible, en tanto se entienda que no es incompatible con la lucha contra el ´terrorismo´, la prohibición de cortar rutas y castigar el derecho de huelga o la libertad de expresión para condenar las masacres del imperialismo como ocurre en Palestina. CFK hizo aprobar una ley antiterrorista en 2007 (y sus modificaciones todavía más reaccionarias de 2011 y 2023), envió patotas y gendarmería contra los cortes de petroleros en ruta 3 en Santa Cruz, y Massa prometió declarar terrorista a Hamás, la organización beligerante palestina, y no a Israel que viene destruyendo casas y labradíos de palestinos mucho antes del genocidio actual. El estrado del 24 respetó a la letra el “pacto de la democracia”, porque no llamó en ningún momento a una confrontación de masas con Milei –por el contrario, los gobernadores peronistas están siguiendo todos los procedimientos para llegar a un pacto de Mayo el 25 de ese mes.
El kirchnerismo tomó muy tardíamente -con 20 años de demora- la reivindicación de la lucha contra la dictadura. A partir de la bajada del cuadro de Videla inició una operación política de cooptación, esto con el consentimiento abierto del peronismo que participó de secuestros y desapariciones bajo la Triple A. El 24 reciente, el FITU volvió a convalidar el ´relato´ kirchnerista, que consiste en esencia en omitir y ocultar que el golpe militar fue un ataque criminal contra la clase obrera que venía en una lucha histórica desde el cordobazo y que se había ubicado en la primera línea contra el rodrigazo del peronismo de Isabel, Osinde y López Rega. Quienes inculpan a los militares por no haber respetado los procedimientos constitucionales y judiciales en el ejercicio de la represión, simplemente no entienden o fingen no entender que el terrorismo de Estado fue una guerra de clase contra la clase obrera –como en Chile y Uruguay, no un combate contra grupos armados, que para ese entonces se encontraban en franco retroceso. Néstor Kirchner dio de baja la obediencia debida y el punto final cuando la justicia internacional había llenado los cajones del Poder Judicial para tomar el enjuiciamiento de los crímenes de lesa humanidad, respaldados en acuerdos internacionales.
La guerrilla había sido desplazada del eje de la lucha de clases desde el Villazo, la enormísima huelga de la UOM de Villa Constitución, que tuvo en vilo al país por casi dos meses. En respuesta a esta huelga el gobierno peronista militariza la ribera del Paraná, desde San Nicolás, en Buenos Aires, a San Lorenzo, en Santa Fe. Esta es la gran matriz de la posterior dictadura. Luego, la gran huelga general de junio-julio de 1975, ¡al margen de los sindicatos, dirigidos por una burocracia de grupo de tareas!, quebró al gobierno de Isabel Perón, López Rega y las Tres A. El objetivo del 24M, por lo tanto, fue la liquidación de la vanguardia obrera que había liderado aquella acción histórica contra un gobierno peronista. Las investigaciones serias sobre la represión dictatorial dan cuenta de que las dos terceras partes de los desaparecidos fueron delegados o activistas de fábrica, escuelas u hospitales, entre los que se cuentan comisiones internas enteras, como las de las fábricas Ford, Mercedes Benz y Acindar, entre otras. De nuevo: el propósito de exterminar a lo mejor de la clase obrera fue anticipado por el gobierno peronista, cuando en 1975 declaró como “zona militar” el Paraná. Los Kirchner no son los herederos políticos de esta lucha, a la que se montaron desde el aparato del Estado con dos décadas de demora.
La deformación del golpe del 24 tiene profundas implicancias en relación a la situación política presente. El peronismo postrado por la derrota pretende convertirse en un interlocutor de Milei -lo que denominan una alternativa parlamentaria y electoral- desplazando a la oposición incoherente conocida como “dialoguista”; el reciente congreso pejotista ofreció a Pichetto y a Urtubey un retorno al hogar. Las terceras partes quedaron afuera de la polémica entre el escenario peronio cegetista, de un lado, y el bando ´negacionista´ del otro. La movida Lijo ha sido interpretada en todos lados como una propuesta de atemperamiento de los juicios que esperan a CFK. El nombramiento de jueces de la Corte depende del bloque K en el Senado. El paquete en discusión entre los interlocutores es fundamental –como las privatizaciones y las reformas laboral y previsional. Al servicio de potenciar esta negociación es que el kirchnerismo quiere explotar la multitud reunida el 24 en la Plaza. Hay que decirlo con todas las letras. La derechización del conjunto del espectro político patronal es notoria, lo mismo ocurre con el FITU que pretendió marchar con el kirchnerismo y ahora lamenta no haberlo logrado.
Un 24 de marzo multitudinario y despolitizado Faltaron las consignas para derrotar a Milei por medio de luchas masivas. Por Jacyn, 24/03/2024.