Furlán: ni contra Techint, ni contra Acindar, ni contra la ley liberticida

Hoy, 13 de junio, se producirá la enésima reunión paritaria de la UOM, la más larga de la historia del sindicalismo argentino. Su secretario general, Abel Furlán, no estará presente en la reunión pues se encuentra en Ginebra, Suiza, asistiendo a las reuniones de la OIT. Furlán ascendió a la secretaria general de la UOM, desplazando a Antonio Caló, a caballo de acusarlo de haber sido un mal negociador paritario. Sin embargo, objetivamente, la actuación de Furlán está por detrás de la del propio Caló.

Desde hace seis meses que la Cámara del Acero da aumentos a cuenta. No se ha apartado nada de este planteo en las decenas de reuniones mantenidas hasta ahora. Esto significa una pérdida de más del 12% de poder de compra de los salarios. En plata, las patronales se han apropiado, en promedio, entre 300.000 y 400.000 pesos por cada trabajador, según su categoría.

Furlán ha fracasado en la negociación y en la estrategia de lucha para conseguir una paritaria decente. Abandonó los paros progresivos, luego abandonó las movilizaciones y perdió un plebiscito para intentar cerrar la paritaria con la propuesta patronal. Ahora, la situación es de tal gravedad que la paritaria de la Rama 17 -la de los talleres- que culminó hace un mes se ha juntado con la nueva recomposición de la paritaria 2024, en la que tampoco hay un acuerdo. El secretariado de la UOM, sin consulta alguna, decretó un plan de paros de 15 minutos que rápidamente fue abortado por una “conciliación” de la Secretaría de Trabajo que llegó antes de parar un minuto. En resumen, toda la negociación de todas las ramas de la UOM -talleres y fábricas siderúrgicas está en crisis.

Las grandes patronales siderúrgicas están en procesos desiguales de producción, pero todas coinciden en su ofensiva para liquidar salarios y condiciones de trabajo.

Acindar ha cerrado un acuerdo de suspensiones rotativas, pero con acuerdos decrecientes: por los días de suspensión se pagará el 83% durante los primeros dos meses; el 80 % el mes siguiente y durante los meses restantes, hasta fin de año, pagará el 75% del salario de bolsillo. Se trata de una reducción salarial de importancia, porque a esta reducción hay que sumarle la pérdida por el trabajo de turnos, que equivale aproximadamente a un 20% del salario de bolsillo.

La patronal de Acindar, que siempre reclama cláusulas de “paz social”, esta vez no ha firmado ningún compromiso de que no vaya a despedir trabajadores de aquí hasta fin de año. La directiva de la UOM Villa Constitución lo ha aceptado inconsultamente. Constituye un hecho grave, pues una vez establecido el acuerdo de suspensiones, ya ha comenzado a reclamar que, en el último tramo de las suspensiones, se adelanten las vacaciones 2025, algo que está por fuera de los convenios laborales. La empresa se prepara para despedir pues cree que no habrá reactivación en los rubros del hierro y alambre, y que, frente a la reanudación de una pequeña parte de la obra pública, les alcanza el enorme stock acumulado.

Siderca, con disimiles producciones, no deja de atacar salarios y condiciones de trabajo. Tiene un sector trabajando a full en la planta, mientras otros sectores han entrado en una figura casi ilegal, ahora llamada “dispense”, que consiste en pagarles el día sin que vayan a trabajar tomando como base el quite el 20” del salario del bolsillo más el 20% de turnicidad. Para Siderca, pagar salarios al 60% es más barato a que vengan a trabajar esos sectores, por los propios costos de la puesta en marcha de los laminadores. Techint tiene también la misma política para Siderar y Tenaris: desgastar, hundir el salario y cambiar para peor las condiciones de trabajo.

Los siderúrgicos han sufrido un enorme desgaste y una pérdida sensible del salario con estos “arreglos a cuenta”. Suspensiones y “dispensaciones” mediante, Furlán se prepara para un arreglo que ya rechazaron los siderúrgicos y no quiere para ello ni asambleas de fábrica ni plenarios de delegados. Su política de desgaste es criminal. Por otro lado, se desgarra las vestiduras en “defensa de la empresa nacional”, pero en el día de ayer, frente al voto en el Senado de un ataque sin precedentes contra el movimiento obrero, la presencia de la UOM fue ultramarginal.

Desde los acuerdos generales de la CGT con el gobierno, las direcciones de los sindicatos han buscado reducir al mínimo la conflictividad. La caída de la producción tiene un enorme impacto social, pues además de la retracción del comercio por las suspensiones, ya han empezado despidos y suspensiones y retiros voluntarios en una gran cantidad de talleres metalúrgicos, con o sin vinculaciones con las grandes plantas, que agravan la situación social en varias ciudades.

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