La guerra mundial en el escenario africano

Escribe El Be

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El periódico británico The Economist sostuvo en un reciente artículo que “las relaciones de Occidente con los países del Sahel parecían haber tocado fondo en mayo, cuando Níger ordenó a Estados Unidos que retirara sus fuerzas en septiembre (tras haber despachado ya una misión antiterrorista francesa) y dio la bienvenida a asesores militares rusos. Pero luego incluso ese fondo se vino abajo” (2/7). La guerra ha atravesado durante los últimos años a los países de Mali, Guinea, Burkina Faso, Níger, Etiopía, Senegal, Sudán y Chad, por mencionar sólo algunos, con serios reveses para la influencia norteamericana y europea y con un avance de la de Rusia y China. Los sucesos más recientes se produjeron en Kenia, con masivas movilizaciones de jóvenes contra las políticas de ajuste del gobierno. Se trata del último (hasta ahora) de los conflictos desatados en el continente en el escenario de la guerra mundial.

Kenia

Kenia, la economía más avanzada del este africano, se vio sacudida estos últimos días por masivas protestas que obligaron al presidente William Ruto a retirar un proyecto de ley de finanzas destinado a recaudar más de 2.000 millones de dólares en impuestos. El retiro del proyecto, sin embargo, no logró que las protestas cejaran, ya que la población ahora va por la caída del gobierno, al que consideran títere del FMI. Un titular del Financial Times (4/7) sostiene que “las protestas masivas en Kenia revelan la ira africana contra el FMI”. La semana pasada los manifestantes llegaron a irrumpir en el Parlamento keniata y la represión policial desatada contra ellos dejó ese día un tendal de 39 muertos.

El gobierno venía llevando adelante un ajuste fiscal dictado por el FMI, que impuso a la vez recortes a los servicios públicos, la “liberalización” comercial y financiera del país. El objetivo era cumplir con el pago de unos 3.600 millones de dólares de un préstamo del FMI realizado hace cuatro años. La deuda pública interna y externa del país, de 80.000 millones de dólares, representa casi tres cuartas partes de su producción económica nacional, según un reciente informe. Sólo el pago de los intereses de la deuda consume casi una tercera parte de lo recaudado por el gobierno.

Ruto es mencionado en los medios como uno de los aliados más firmes de Estados Unidos en África. La gota que rebalsó el vaso en este plan de ajuste fue un nuevo impuesto que gravaba el pan y otros bienes básicos de primera necesidad. Las protestas han sido protagonizadas principalmente por la juventud, muchos de ellos golpeados por la desocupación, que salió masivamente a las calles contra las medidas del gobierno.

Crisis global

Kenia es hoy el eslabón más débil de una crisis de deuda global, pero que está golpeando principalmente a numerosos países africanos. El FT explica que “el año pasado, un récord de 54 países en desarrollo (equivalentes al 38% del total) destinaron el 10% o más de los ingresos públicos al pago de intereses, y casi la mitad de ellos se encuentran en África”. La guerra mundial ha sido un factor de agravamiento de esta crisis global de deuda. El New York Times (26/6) sostiene que “la guerra entre Rusia y Ucrania, junto con las sanciones impuestas por Estados Unidos y sus aliados, hicieron que los precios mundiales de los alimentos y la energía se dispararan. Los países más ricos controlaron la espiral inflacionaria subiendo las tasas de interés, lo que hizo que los pagos de la deuda se dispararan”. La deuda de los países africanos ha llevado a una desestabilización en gran parte del continente.

Países como Zambia, Ghana y Etiopía ya han caído en default en el último tiempo. En Nigeria, las políticas de ajuste fiscal del presidente Bola Tinubu han llevado a que los dos sindicatos más importantes del país, el Congreso Nigeriano del Trabajo (CNT) y el Congreso Sindical de Comercio (CSC), llamaran esta semana a una huelga "total e indefinida" en todo el territorio nacional, exigiendo un nuevo salario mínimo. Nigeria, el país más poblado de África, enfrenta su peor crisis económica en una generación, con una inflación que se disparó luego de que el gobierno decidiera eliminar los subsidios al combustible y habilitar la libre flotación de la moneda. En Mauritania, tres personas murieron esta semana a manos de las fuerzas represivas en protestas contra el presidente recientemente electo.

Guerra mundial

La deuda de los países africanos, sin embargo, ya no es sólo con Occidente. Entre los países acreedores, China ha venido ganando peso durante los últimos años. El gigante asiático ha estado prestando miles de millones a los gobiernos de África (y de todo el mundo) y su cartera de préstamos rivaliza ahora con la del FMI. La injerencia de Rusia y de China en África revela que las crisis y estallidos que se producen en el continente son un escenario de la guerra mundial. El diario The Economist (7/6) afirma que “hace más de una década, China superó a Estados Unidos como el mayor socio comercial bilateral de África, y sus inversiones se centraron principalmente en minerales clave para la transición energética global. Rusia se ha convertido en el socio de seguridad preferido de varios países africanos que antes recibían con agrado la ayuda estadounidense, lo que ha creado lo que muchos expertos ven como una competencia al estilo de la Guerra Fría”.

Por eso el diario evalúa que la política de “seguridad” de Estados Unidos en África “ha fracasado en gran medida”, ya que diversos golpes militares han derrocado gobiernos dirigidos por civiles en Mali, Guinea, Burkina Faso y Níger. Los nuevos líderes han ordenado la retirada de las tropas estadounidenses y francesas y, en algunos casos, “han invitado a mercenarios rusos a ocupar su lugar”, afirma el medio. A principios de abril, un centenar de instructores rusos y un sistema de defensa aérea llegaron de repente a Níger. El periódico estatal ruso Ria Novosti aseguró entonces que el personal ruso forma parte del Africa Corps, la nueva estructura paramilitar que pretende sustituir al Grupo Wagner.

Estados Unidos debe retirar en los próximos meses unos 1000 efectivos militares que se encontraban apostados en Níger, y también deberá cerrar una base aérea ubicada en el país por un costo de 110 millones de dólares. Esta decisión se tomó a partir de que los militares derrocaron al presidente del país, Mohamed Bazoum, en julio del año pasado. El diario advierte que “la decisión de Níger se inscribe en el modelo que siguen los países de la región del Sahel, una zona árida al sur del Sahara, de romper vínculos con los países occidentales y, cada vez más, asociarse con Rusia”. Teme que esto además “significa el comienzo del fin de la alianza antiterrorista más duradera del Pentágono en la tumultuosa región del Sahel en África”.

Este proceso en Níger se produce en medio de lo que muchos llaman una segunda “independencia” del África occidental (la primera sería la independencia del imperialismo francés). Un medio internacional afirma que esta segunda independencia “está siendo impulsada por una nueva generación de nacionalistas que han tomado el poder en las antiguas colonias francesas, desde Senegal hasta Chad y los tres países centrales del Sahel: Burkina Faso, Malí y Níger”.

Los golpes de Estado se sucedieron en los últimos años. Previamente se habían dado en Guinea en 2021, en Sudán en 2021, en Burkina Faso en 2022. Ahora Níger sigue los pasos de Mali y Burkina Faso al firmar un acuerdo de cooperación militar con Rusia. También se ha acercado a Irán. Los golpes de Estado, sin embargo, están lejos todavía de cerrar las crisis internas que viven muchos países africanos, que aún se desangran en guerras civiles. En algunos casos, como en Sudán, la guerra está llevando a hambrunas históricas (750.000 personas al borde de la inanición y la muerte, según expertos) y a millones de habitantes desplazados de sus hogares y emigrados a otros países. Los bandos enfrentados se dividen el apoyo internacional de diversas potencias extranjeras y algunos expertos dicen que es cuestión de tiempo antes de que alguno de los muchos vecinos de Sudán, como Chad, Eritrea o Sudán del Sur, se vea arrastrado.

La disputa por la influencia mundial interviene en esta región sin eliminar las características históricas particulares y los conflictos que se arrastran hace décadas.

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