Tiempo de lectura: 2 minutos
El jueves 21 durante la noche, las Universidades Nacionales estuvieron abiertas al público y desplegaron una serie de actividades académicas y culturales en conmemoración del 75 aniversario de la “gratuidad universitaria” promovida bajo el gobierno de Juan Domingo Perón. El decreto, que eliminó los aranceles, fue impulsado en el año 1949 junto a una serie de reformas políticas (voto femenino, reforma constitucional) y duplicó en poco tiempo la matrícula universitaria. 75 años después, mucha agua corrió bajo el puente y la universidad “desarancelizada” fue desmembrada por la proliferación de la privatización educativa y la asociación de las Universidades públicas con los grandes capitales. El fin de la jornada reivindicativa, según el CIN (Consejo Interuniversitario Nacional), fue “promover que la sociedad descubra y apoye el saber universitario”. Esto, en el marco de un conflicto presupuestario y salarial con el gobierno que no se ha solucionado y se presenta como agravado para el año que viene.
La “Noche de las Universidades” fue, para las autoridades universitarias, la intención de darle, de una buena vez por todas, un cierre a la lucha abierta contra el gobierno protagonizada por los autoconvocados y las tomas estudiantiles. En el momento más álgido, con 100 facultades ocupadas, los rectores cancelaron cualquier medida de lucha, descartaron una nueva movilización a Plaza de Mayo y se opusieron enérgicamente a las tomas. Para no realizar la movilización, anunciaron para el 22 se un ´festival´ en la Plaza, que luego se convirtió en esta apertura nocturna de las Universidades. La movilización realizada el 12 votada por la asamblea autoconvocada en Plaza de Mayo y que sufrió una represión policial, contó con el boicot de los rectores, los centros de estudiantes y el kirchnerismo.
Los rectores, sin embargo, no descartan algún tipo de acción pública si ocurriera la oportunidad de tratar el presupuesto 2025. En boca de ellos sería la oportunidad, no de rechazarlo y, junto con ello rechazar toda la política del gobierno, sino de… apoyarlo. “Es mejor algún presupuesto que ningún presupuesto” opina Emiliano Yacobitti, el radical al frente de la UBA. El apoyo de estos “opositores” al gobierno de Milei no encuentra límite alguno. Cualquier presupuesto, incluso uno ´negociado´ con la oposición, parte de la garantía del pago de la deuda pública y sus intereses, así fue presentado por el gobierno, además de condicionado a los ingresos fiscales. El oficialismo ha montado un régimen de decretos y vetos, destinado a un reforzamiento del autoritarismo del ejecutivo y el armado de un Estado policial. Los bloques opositores y mayoritarios en el Congreso son corresponsables de todo este derrotero, en lo fundamental porque comparten el ataque al salario y las condiciones de trabajo.
Esta negociación con el gobierno, a costa de salarios, becas, boleto y comedores estudiantiles, es presentada por los rectores y aliados como una “batalla cultural”. No se trataría de impulsar una lucha decidida, ocupar las calles y organizar una huelga general que derrote al gobierno, sino ´demostrarle a la sociedad” que las “Universidades funcionan”. Los rectores compran con entusiasmo la versión interesada de que el gobierno se encontraría en el “mejor momento”. Muchos de ellos buscarán cobijarse en las listas de Milei en 2025, mientras que otros aguardan “su momento”. Todos ellos comparten que el destino se jugará en las próximas elecciones de renovación parlamentaria, esto mientras ungen como punto de apoyo del gobierno para sus fines. Corresponde al movimiento de autoconvocados la elaboración de estas conclusiones políticas y el desarrollo de una lucha independiente que se proponga la derrota del gobierno antieducativo.