"Pitrola Conducción"

Escribe Jacyn

Por qué el FIT U se empeña en defender el frente con el kirchnerismo y Milei para defender el monopolio de los sindicatos por parte de la burocracia sindical.

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Néstor Pitrola ha publicado, en Prensa Obrera, un artículo falaz. Después de largas diatribas contra el filokirchnerismo del PTS, se suma al bloque de los K y La Libertad Avanza para dar blindaje parlamentario de la Ley 23.551, llamada de Asociaciones Sindicales, diseñada para asegurar el control indefinido de los sindicatos por parte de la burocracia. Lo que Pitrola califica como una “correcta maniobra”, borra con el codo las resoluciones contra este engendro de estatización sindical votadas en innumerables plenarios del Partido Obrero. Pitrola rememora “una enorme campaña por la derogación de la Ley de Asociaciones Sindicales” a fines de los años ’90, cuando el PO no se había convertido en el aparato que es hoy, para concluir en una defensa irrestricta de esa misma ley.

La ocasión para este frente único, en especial con la fascista LLA, fue un dictamen del diputado radical Tetaz que volvía sobre un planteo que la UCR viene haciendo desde el gobierno de Illia -que limita la reelección de las direcciones sindicales- asegura la representación de las minorías en los órganos directivos y establece el carácter voluntario de los aportes a la caja del aparato sindical. Cuando llegó el momento de justificar la maniobra ‘principista’ del FIT U, el diputado del PTS, Alejandro Vilca, le hizo un proceso de intenciones a Tetaz sin abrir el pico, ni por un instante, contra la estatización sindical. En la misma línea salió a tuitear el resto del aparato del PO. Una explicación plausible para todo este vejamen es la presión que ejerce este aparato para que el SUTNA se incorpore a la CGT, cuando ésta ha pasado de la colaboración con los Fernández al pacto de reforma laboral con Milei. El 1° de mayo pasado, Pitrola marchó a la sede de Azopardo, mientras la cúpula cegetista conmemoraba ´el día del trabajo´ con Kicillof en el interior del edificio.

La respuesta de Pitrola (“Ramal apoya la ley Tetaz”) es falaz, en primer lugar, porque la ley nunca se pudo poner a votación debido, precisamente, al vaciamiento de la sesión por parte de la UxP y Pichetto, en combinación con la LLA, a la que adhirió el FIT U sin condiciones. Una “maniobra correcta” consiste, por otra parte, en delimitar posiciones en el acto, no con pseudojustificaciones posteriores. Con este boicot, LLA se ha sumado a la tradición de la derecha pseudo liberal de hacer caer este tipo de proyectos en más de cincuenta años. En 1984, la barra sindical saludó con una ovación el rechazo de Alvaro Alsogaray a un proyecto de la UCR similar al de Tetaz. Las patronales han decidido hace mucho que la regimentación sindical es mejor que la llamada ‘pluralidad’, en cuanto al objetivo de liquidar la independencia política de la clase obrera. Es lo que acaban de reconocer ahora Milei, Karina, Santiago Caputo y el gordo Dan. La ultraderecha está más avanzada que la ‘izquierda’ en la comprensión de la realidad política. No en vano, Milei le confió la secretaría de Trabajo a Julio Cordero, el abogado de Techint, curtido en ‘arreglos’ con la UOM y un ‘amigo’ de Gerardo Martínez, quien llegó a la UOCRA y a la CGT de la mano del Batallón 601 del Ejército. La “maniobra correcta” de Pitrola es la misma que utilizó la CGT de este burócrata para deshacerse del proyecto de Tetaz. En definitiva, el mentado proyecto nunca estuvo en votación, o sea que no había manera de apoyarlo. Alejandro Vilca hubiera podido quedarse en su despacho, una vez fracasada la sesión, y no bajar al recinto para sumarse al coro de la ‘casta’ empresarial y antiobrera que regentea los sindicatos por cuenta del Estado.

La segunda falacia de “Pitrola conducción” es más espesa que la primera. Porque como consecuencia de la legislación sindical corporativa, los compañeros metrodelegados no han podido obtener el reconocimiento legal del Sindicato del Subte para discutir los convenios colectivos, ni por parte de los K, ni de Milei o Tetaz. Ese sindicato es, sin embargo, la mayor conquista sindical en la que haya intervenido el Partido Obrero, cuyo aparato desmerece con su conducta y con su política. La UTA se vale de esa proscripción para crear su propia rama del Subte. Hay otros sindicatos “simplemente inscriptos” en la misma situación. Los partidos del FIT U recorren constantemente los pasillos judiciales para obtener este u otro derecho, sin explicar por qué la vía judicial sería más principista que la legislativa.

Pitrola se queja de que el dictamen en cuestión “establece una rígida representación de minoría de un tercio a quien obtenga más del 25% de los votos”, en lugar de una representación proporcional. Este es el mismo Pitrola que hizo expulsar a toda una corriente del PO en una noche y por teléfono. Pero el que quiere lo más debe apoyar lo menos, porque ahora las direcciones sindicales son el monopolio cerrado de una camarilla. Prefiere la redacción de la ley vigente, que establece que los estatutos de los sindicatos “deberán garantizar (...) la representación de las minorías en los cuerpos deliberativos” (Artículo 8°, inciso D), sin alusión a la proporcionalidad. Los “cuerpos deliberativos” no son, sin embargo, las direcciones, sino, en todo caso, los congresos, como ocurre en algunos sindicatos docentes. Las minorías son una ´especie en extinción´ incluso en los estatutos de sindicatos alternativos, como se puede apreciar en las últimas reformas de CICOP, que elevó el piso del 25 al 30% para acceder a la minoría y extendió el mandato de los dirigentes de dos a cuatro años, por mencionar una reciente. Pero Pitrola cae en la impostura absoluta cuando elude que el SUTNA no ha modificado sus estatutos para establecer la representación proporcional que dice desear, incluso cuando el PTS ha hecho campaña en ese sentido. ¿Formaría parte de “las maniobras correctas el boicot a este reclamo, por parte del aparato del PO? En el malogrado dictamen de Tetaz, en cambio, la representación de la minoría no se limita a los “cuerpos deliberativos”, sino que la extiende a los “cuerpos directivos” y limita los mandatos de los directivos a cuatro años, algo que Pitrola omite deshonestamente.

Según Pitrola, “el dictamen en cuestión establece obligatoriedad de “ficha limpia” (art.18) a los candidatos sindicales”. En realidad, la actual Ley de Asociaciones Sindicales exige como requisito “no tener inhibiciones civiles ni penales”. A esto, el dictamen de Tetaz agregaba “no tener condena penal firme, en las mismas condiciones que establezca la legislación vigente para candidatos a cargos públicos electivos nacionales”. Pitrola elude lo que no le conviene citar. “No sabemos, agrega, qué habría votado este nuevo Ramal ante el proyecto de ley que fracasó recientemente para los candidatos nacionales”. Este planteo raya la provocación, porque el aparato de Pitrola ha defendido, en forma reiterada, las condenas judiciales contra CFK, cuyo colorario sería la prisión efectiva y la imposibilidad de asumir cargos públicos. De otro lado, estamos ante un caso de desfachatez, porque Pitrola ordenó al ex diputado Pablo López presentar un proyecto de ley para expulsar a De Vido del Congreso, sin condena judicial, y reclamó luego el apoyo a esa expulsión de su banca, pedida por Elisa Carrió, que alegó “inhabilidad moral”. El Comité Nacional del PO votó, ante esta situación, negar a Carrió autoridad para dictaminar inhabilidades morales, y rechazar el proyecto. Tiempo inmediato después, el aparato del PO, en estado de gestación, responsabilizó a esa votación por los resultados electorales insatisfactorios en las parlamentarias de 2017. Pero insistimos, para no dejar escapar la coneja, el proyecto Tetaz nunca estuvo en discusión debido al sabotaje a la sesión por parte de la UxP, Democracia para Todos, LA LIBERTAD AVANZA y el FIT U.

“En el plano de los estatutos”, dice Pitrola, estos “están sometidos a la aprobación o no de la “autoridad de aplicación”: el ex Ministerio de Trabajo, hoy en manos de “Techint” Cordero (art.7). Y de aprobarse este dictamen como ley, los estatutos deberán adecuarse a la ley obligatoriamente (art.17)”. Pero es lo que ya establece la Ley de Asociaciones Sindicales actual. El diputado mandato cumplido Pitrola sabe bien que Cordero, el secretario de Trabajo de Milei ya es, efectivamente, la autoridad de aplicación de la norma, como ha sido establecido, no por ley, sino por simple resolución administrativa (Ver Resolución 204/2024 del Ministerio de Capital Humano, 15/5/2024). El Ejecutivo tiene la facultad de reglamentar las leyes (o dejarlas sin reglamentación), algo que aprovecha para sesgarlas aún más. Todas las ramificaciones que introduce Pitrola al asunto no tienen nada que ver, sin embargo, con la disputa política que hemos desatado para denunciar la colaboración estratégica del FIT U con la burocracia, incluso cuando converge con Milei, sino con el afán de Pitrola de mostrarse como sindicalista, mandato cumplido, para disimular la capitulación política en cuestión.

Pitrola también se queja de que el dictamen de Tetaz no dice una palabra sobre los sindicatos “simplemente inscriptos”, como tampoco dice una palabra la norma actual, cabe señalar. Pero en lugar de defender un dictamen diferente, lo cual hubiera llevado al recinto el dictamen de Tetaz, el FIT U retiró el suyo para evitar que se afectara la perpetuación de los burócratas y su monopolio sobre los órganos directivos de los sindicatos. Estamos ante una verdadera operación de contrabando político.

Pitrola rememora la tentativa alfonsinista de la Ley Mucci, pero olvida, señalamos antes, que Alsogaray votó en contra de la “democratización sindical” que proponían los radicales. La burocracia sindical es la piedra basal del régimen político, incluso bajo los militares. Por eso el fracaso del proyecto de Tetaz no mereció reproche alguno de la alta burguesía, como sí ocurrió, en cambio, con la frustrada “ficha limpia”. El pacto de la burocracia sindical con el gobierno es el reflejo de ´otro´ pacto –el de toda la clase capitalista con el rumbo oficial, caracterizado por una ofensiva brutal contra los explotados.

Por último, no se puede obviar que -en una llamada al pie- Pitrola acusa que “Marcelo Ramal se retira del PO en 2019, tras el 26° Congreso donde su grupo, junto a Jorge Altamira, pierde por 80% a 20% y no pide derecho a tendencia, para constituir más adelante Política Obrera”. En realidad, Ramal y Altamira no se retiraron de nada: fueron expulsados sumariamente junto a otros 1.200 militantes, cuando reclamaron el derecho estatutario a formar una Tendencia. Pitrola no ha respetado la democracia ni los estatutos de su propio partido. La razón es la misma que explica su frente con los K y el gobierno: romper políticamente con quienes se oponían a una clara tendencia de adaptación al régimen político –algo que ha recibido históricamente el sayo de OPORTUNISMO.

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