Tiempo de lectura: 3 minutos
En las últimas horas de anoche se conocieron los resultados de las elecciones del SUTNA. La lista Negra obtuvo la victoria en el nivel nacional y en tres de las cuatro seccionales del neumático. En cuanto a la nacional, la Negra recogió 811 votos contra 436 de la Naranja-Marrón (la agrupación Independiente, escisión de la Negra), 278 de la Violeta (ex directiva de Waseijko), 185 de la lista Multicolor (encabeza por el ex secretario adjunto, Maximiliano Bronzuoli). Detrás de estos resultados se aprecia claramente un fuerte retroceso de la actual dirección.
En las seccionales, la Negra empató la elección con la lista Multicolor en Merlo - Pirelli (Negra 167- Multicolor 167- Violeta 119- Naranja 79), lo que obliga a una elección de desempate. En Fate - San Fernando el resultado fue 346 para la Negra, 322 Naranja, 40 Roja – Granate, 29 Violeta 29 y 19 Multicolor. También ganó en Bridgestone a la lista Violeta, por un margen estrecho (Negra 152-Violeta 123 -Naranja 24) cuando en 2021 había triplicado en votación a la Violeta. Gana en distintos talleres y gomerías de Córdoba (Negra 142-Marrón 9). Lejos de una mayoría absoluta, las nuevas comisiones directivas, nacional como seccionales, tendrán al frente a la Lista Negra. La participación electoral ha sido elevada –alrededor del 70 por ciento-.
En contradicción con la consigna de Alejandro Crespo “Unidos y adelante” las elecciones revelaron un esperado agudo fraccionamiento. En ausencia de representación proporcional en los órganos directivos, esa fragmentación se manifestará en diversas instancias, en especial en las asambleas y en algunas fábricas, como es el caso de Fate, en mayor medida que en otras. La proliferación de listas (5 en Fate, 4 en Pirelli, 4 en Bridgestone), es sinónimo de disgregación, en especial porque, exceptuada la Violeta, son la consecuencia de las escisiones de la Negra. El punto más importante es que estas escisiones no tuvieron un carácter de principios, sino que giraron en torno al método de conducción del sindicato y a denuncias de falta de transparencia. La cuestión propiamente laboral de la precariedad estuvo fuera de agenda, aunque es la más vital para la clase obrera y es el eje de la política patronal y de los gobiernos de Milei y de Kicillof
La Violeta, que denunció que sin precarización laboral estaban en riesgo los empleos y la propia industria, realizó una fuerte elección en Llavallol y en Merlo, afectadas por despidos masivos que no fueron enfrentados por la actual directiva con métodos de lucha. La implosión de la lista Negra es el resultado de una política que ha abandonado los métodos, planteos y programa del clasismo.
Como descontamos que los ganadores celebrarán los resultados como consecuencia de su política, decimos desde ya que se trata de “un falso positivo”. Es un retroceso asentado en una política de derrotas, que en primer lugar ha dividido al Sindicato. Debilita el poder de lucha; la pseudovictoria es faccional; a lo sumo ha aprovechado las limitaciones insalvables de la oposición, que tiene su parte de responsabilidad en este resultado estratégicamente negativo. En la fábrica más combativa, Fate, triunfó apenas por ¡23 votos! La política de “romper los techos salariales”, mediante la aceptación de la precarización laboral, ha quedado en la nada con la crisis industrial que lleva casi tres años.
El SUTNA enfrenta ahora una etapa de grandes crisis económicas y políticas sin un programa. La Directiva se encuentra encapsulada en una Corriente Combativa autoproclamatoria, vinculada al FITU, pero escindida de sus partidos en el SUTNA. No pueden tener una política para la clase cuando se fragmentan allí donde desempeñan un papel dirigente.
En las elecciones que culminaron anoche cada uno de los ‘fitutenses’ tiró para su lista, y contribuyó a la fragmentación desde su propio aparato. Para reconstruir el clasismo en el SUTNA hay que empezar por el programa. Este es el eje de nuestra propia política para con el activismo que atraviesa ahora una situación de divisionismo sin principios. Un FITU caracterizado por el arribismo parlamentario y una despiadada lucha faccional interna no puede ser el modelo para desarrollar una vanguardia obrera.
