Séptima marcha a Lago Escondido: represión y contradicciones

Escribe Elena Florín

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Cada año se realiza la marcha por la soberanía a Lago Escondido para reclamar la apertura del camino de Tacuifí que accede a la costa del lago. El magnate Joe Lewis lo cerró hace años. El lago solamente es accesible por un intrincado camino. En cambio, Lewis ofrece servicios turísticos de alta gama en su gigantesca hacienda – de los que hacen usufructo jueces, fiscales y funcionarios más asiduamente de lo que se conoce. Mauricio Macri es otro visitante frecuente.

La marcha anual es organizada desde hace siete años por ATE, la CTA Autónoma y distintas organizaciones kirchneristas, como La Cámpora, Somos-Barrios de Pie y Unidad Popular. Ahora se sumó el MST, con gran parafernalia. En esta ocasión, los manifestantes se dividieron en dos columnas. Una fue por un largo y difícil camino de montaña para luego cruzar el lago en kayak, una travesía que lleva varios días. Otra columna concentró en El Foyel, al día siguiente de un acto en Bariloche. Participaron ochocientas personas.

La columna que marchó todo el recorrido por tierra, se encontró con un portón de hierro reforzado con alambre de púa, que le impidió el paso por el camino de Tacuifí. Una banda de peones a caballo, enviados por Lewis, atacaron a rebencazos a los manifestantes, dejando varios heridos. La provincia ´aportó´ unos cien policías después de que un juez le ordenara a la gobernadora que garantice la seguridad de la marcha. El apresto represivo sirvió de apoyo a la patota gauchesca.

Las contradicciones estallan. La numerosa concurrencia que reclama por la soberanía del lago y sus costas y denuncia el enclave inglés en la zona, fue orientada por el kirchnerismo. Pero éste se alió con el oficialismo de la provincia. En efecto, Nos Une Río Negro, la creación del cristinista Martin Doñate, suscribió un acuerdo electoral con Juntos Somos Río Negro e irá de ´colectora´ de la candidatura de Alberto Weretilneck, un defensor a ultranza de Lewis. Por caso, un fallo de septiembre de 2022 obligó a la provincia de Río Negro a garantizar el acceso al Lago por ese camino. El gobierno de la provincia apeló ese fallo, para no incomodar a Lewis. Es decir que los organizadores de la marcha por el acceso a Lago Escondido llaman a votar por un aliado del magnate inglés como Weretilnek.

Hidden Lake S.A, la empresa de Lewis no solo acapara territorio de frontera sino que construyó una represa hidroeléctrica sobre el Río Escondido con la que produce electricidad que vende a la localidad de Bolsón. También posee el Proyecto Laderas, un loteo del cerro Perito Moreno destinado a instalar un centro de esquí y un aeropuerto en Sierra Grande cerca de la costa atlántica entre Río Negro y Chubut.

Toda las adquisiciones y proyectos del magnate inglés cuentan con la protección legal de funcionarios del estado con quienes tiene un aceitado trato. Por ejemplo, el intendente de Bolsón, que va por su reelección, Bruno Pogliano, fue contador de Hidden Lake.

El camarista Carlos Mahiques, uno de los jueces del escandaloso viaje de octubre pasado, cerró la causa que cuestionaba la compra del territorio de Lago Escondido en 1996, por parte del inglés ya que son territorios de frontera y la ley lo prohíbe. Las movilizaciones convocadas por sectores afines al oficialismo provincial quedan en meros rituales.

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