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La inauguración del ciclo lectivo en el Colegio Cardenal Copello, de Villa Devoto, al que concurrieron Javier y Karina Milei, devino en un ´stand up comedy´ chabacano, plagado de insultos, mentiras y manipulaciones. Un auditorio de jóvenes alumnos se vio sometido por las circunstancias a escuchar durante dos horas el desquiciado discurso presidencial. Además de su hermana, acompañaron la ministra de ´Capital Humano´ Sandra Petovello y el secretario de Educación Carlos Torrendell. Dos estudiantes se desmayaron durante el discurso. Milei atinó a mofarse.
El presidente se presentó a sí mismo como “especialista en crecimiento económico”, cuando atravesamos una monumental recesión autoinducida, un derrumbe en la industria manufacturera y la construcción, probablemente las más profundas de la historia nacional. En la primera parte del discurso, hizo un repaso de su historia personal y a su ingreso en el colegio en 1977, durante la dictadura. Comentó que decidió ser economista para “eliminar el Banco Central”, aunque por ahora el BCRA continúa siendo el garante último del repago de la deuda pública.
Milei, que califica a los maestros como ´adoctrinadores´ políticos, bajó línea a lo loco. Atacó a Kicillof, Larreta y López Murphy, entre otros. ´Explicó´ su victoria como “la voluntad del uno, del creador”, en otro episodio místico.
Respondió dos preguntas preparadas de antemano. Una, sobre la “rapidez y eficacia” que desplegó para conseguir los superávits gemelos (fiscal y comercial) “después de tanto tiempo y en pocos días”. Milei volvió a mentir sobre motosierras y licuadoras, pero lo cierto es que el superávit es un dibujo contable. El déficit comercial se ́ superó porque las importaciones están frenadas mientras que el déficit fiscal ´cayó´ como resultado de la licuación de las jubilaciones pero, sobre todo, por la postergación de pagos importantes (Cammesa). Milei se jactó de haber echado a 50 mil empleados públicos y haber dado de baja 200 mil planes sociales, además de eliminar por completo la obra pública y las transferencias a las provincias. “Una mezcla de licuadora y motosierra”, según Milei. En el medio de su respuesta, trajo a colación a las “asesinas de pañuelos verdes”, a horas del día internacional de la mujer trabajadora, en una promoción de guerra fascista contra el movimiento de la mujer.
La siguiente pregunta preparada a su medida fue referida al ´impacto´ en la juventud de las ideas ´libertarias´. Milei ratificó su cruzada contra el comunismo. “Hay mucha gente que es socialista sin saberlo”, sentenció. A los banqueros y grandes empresarios asistentes al foro de Davos, los calificó de ´zurditos´. Los contenidos educativos, dijo, están “impregnados de rojo” y son, según MIlei, un mecanismo de lavado de cerebro comunista.
Este discurso exaltado, nazi, por el momento, apunta a agitar métodos de guerra civil contra la clase obrera. Se contradice con un fuerte intervencionismo estatal, por ejemplo, al involucrarse en las discusiones salariales y rechazar o no homologar determinados acuerdos paritarios. Detrás de todas estas incoherencias, detrás del ´agite´ fascista contra el comunismo, se encuentra la pretensión estratégica de exterminar a la clase obrera como factor político.
Una de las maestras de Milei, ya jubilada, reclamó en una entrevista televisiva una mejora de sus haberes y pidió que “no apriete tanto” con los ajustes. Milei le respondió al día siguiente con una nueva andanada de insultos.