Escribe Daniel Blanco
El pejotakirchnerismo disimula su colaboración política con Milei.
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El pacto con los gobernadores que originalmente se iba a consumar el 25 de mayo en Córdoba, finalmente se materializará el 9 de julio en Tucumán. Será la celebración de la Ley Bases.
El gobierno hizo una convocatoria a todos los gobernadores, ex presidentes, cámaras empresariales y la dirigencia de la CGT, entre otros. El acto central contará con 800 personas autorizadas –los representantes de la casta política.
Ya se anunció un enorme operativo de seguridad dirigido a evitar que en las imágenes del recorrido que va del aeropuerto a la casa histórica, donde se va a realizar el acto central, se pueda visualizar en los medios alguna protesta contra el presidente. Van a disponer de un triple cordón, donde las fuerzas federales y las provinciales tienen la misión de evitar cualquier manifestación. “Milei” Jaldo ya se comprometió a “atender” este pedido del gobierno nacional.
Fuentes del gobierno aseguran la presencia de 16 gobernadores; luego, tres indecisos y cinco que ya avisaron que no se harán presentes. En la primera línea de asistentes, estarán los gobernadores justicialistas de las provincias del norte.
El evento, que comenzará a las 23 del lunes 8, culminará el martes a la una de la mañana. Luego, Milei retornará a Buenos Aires para los desfiles que se realizaran en esa jornada, donde se espera un despliegue inusitado de efectivos militares.
El documento de diez puntos que se firmará en Tucumán alude genéricamente al respeto a la propiedad privada. Pero en particular, abre las puertas a la privatización de las jubilaciones y a la reforma laboral, una agenda reaccionaria que ya se encuentra presente en el DNU 70 y en la Ley Bases.
Estrictamente, el pacto que se firmará ya fue refrendado en el Congreso, con el voto al paquete legislativo, que arrasa con el derecho laboral y establece la asociación de las provincias con un régimen de saqueo de las reservas mineras y petroleras. Los gobernadores también serán socios en la reimplantación del impuesto al salario, aprobado también por el Congreso. Pero ese arco de complicidades excede a los asistentes a Tucumán. La CGT, en sus diferentes vertientes –la dialoguista y la combativa- se las arregló para no oponer resistencia a la reforma laboral antiobrera, luego de que el gobierno les aseguró que no se alterarían las disposiciones que afectan a la caja de los sindicatos. A partir de ese acuerdo, la burocracia liberó la Plaza de Mayo para el primero de mayo, y luego renunciaron a concretar cualquier acción real que impidiera la sanción de la Ley.
Luego, los diputados y senadores del PJ y el kirchnerismo repartieron cuidadosamente sus votos a favor “en particular”, para asegurar que los puntos estratégicos de la Ley Bases tuvieran siempre mayoría. Otros opositores, como Kicillof, se encargan de aplicar la misma confiscación salarial y social en sus provincias. El pacto por lo tanto, tendrá a sus firmantes presenciales y explícitos, y a otros que “firman” sin necesidad de viajar a Tucumán.
A la luz de lo anterior, es necesario señalar con toda claridad la impostura de los personeros políticos y sindicales del pejota kirchnerismo que van a manifestar en Tucumán bajo el lema “la patria no se vende”. El llamado a una unidad nacional contra Milei procura presentar a la gran patronal y a los trabajadores igualmente damnificados por el “modelo” libertario. Lo cierto es que los patrones 'celestes y blancos' han recibido con alborozo a la Ley Bases, que les permitirá eludir los registros laborales formales y contratar trabajadores en forma precaria. Para ello, se están sirviendo de la actual recesión para despedir en masa a los trabajadores efectivos y con antigüedad. Es lo que ocurre en Fate y en otras fábricas “nacionales”. Utilizar la presencia de Milei como una excusa para confraternizar con los cómplices de Milei es un golpe muy severo para las luchas que tenemos por delante.
La circunstancia del Pacto de Julio debe servir, principalmente, para denunciar la complicidad de los “pactantes” –presentes o no- con el gobierno liberticida. Y oponerle un programa de reivindicaciones y de lucha de la clase obrera. Ese es el camino para enfrentar al gobierno liberticida y sus cómplices en las provincias y las intendencias.