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El acta de revisión paritaria que acordó Gerardo Martínez que regirá hasta junio para todos los trabajadores de la construcción -afiliados, no afiliados o en negro- se ha constituido en un verdadero récord. No para los salarios de los trabajadores, claro, sino para los fondos de la dirección de la UOCRA.
La revisión salarial consiste en tres cuotas sobre los salarios básicos vigentes a marzo de este año, a cobrar 10 por ciento en abril, 18 por ciento en mayo y 22 por ciento en junio.
La llamada revisión de la paritaria de la UOCRA ni siquiera mereció, por parte de la dirección del sindicato, su clásico “llamado de alerta” cuando la discusión está ´empantanada´. En el acta firmada, cinco párrafos explican un aumento salarial del 40 en tres cuotas no acumulativas hasta el mes de julio, aplicado sobre los salarios de convenio más bajos del país. Con las nuevas escalas, un ayudante de albañil cobrará mensualmente en mano $110.773 y un oficial, $131.133, siempre y cuando cobre el presentismo, que en la mayoría de las obras está atado a las inclemencias del tiempo.
El resto del acta es lo que la dirección de la UOCRA obtiene para sí misma. Martínez, en la negociación, logró que se le retengan a todos los trabajadores incluidos en el convenio una retención del 1,50% mensual de los salarios sujetos a aportes y contribuciones legales, durante un periodo de seis meses, en concepto de aporte extraordinario solidario, a partir de los salarios devengados en julio próximo y subsiguientes. Estos se “depositarán a la orden de UOCRA que la afectará a la realización de acciones de carácter sindical” (acta acuerdo).
La otra “conquista” obtenida por Martínez y su camarilla es una “contribución empresarial para la realización de acciones sociales, asistenciales y de apoyo en lo provisional y/o culturales”. A partir del 1 de julio, y por el término de ocho meses consecutivos, cada empleador incluido en la presente convención colectiva de trabajo procederá a pagar mensualmente una contribución de $ 850 por cada trabajador que integre su plantel. “El monto finalmente resultante deberá ser depositado en oportunidad del vencimiento de los aportes sindicales del mes de julio de 2023 y siguientes, hasta el mes febrero de 2024, utilizando la boleta oficial en el casillero-otros conceptos- a la orden de UOCRA” (ídem Acta).
Aunque la UOCRA “aclara” que, en el caso de trabajadores afiliados, el monto de la cuota sindical absorbe el aporte “solidario” establecido en el acuerdo, estamos hablando de una cifra multimillonaria en pesos que ingresa a las arcas de la burocracia de la UOCRA.
En Argentina hay, según informaciones oficiales del Ministerio de Trabajo, 443.121 trabajadores de la construcción registrados. Infobae, por su parte, estima que hay otros 250 000 en negro trabajando en obras. La UOCRA tiene 320.000 afiliados a los que no se les descuenta este aporte, pero la burocracia percibe el 1,50 % de los salarios de los 123.000 trabajadores restantes registrados no afiliados. Además, la “contribución” de 850 pesos por ocho meses de los 443.121 obreros registrados dejará en la caja de la UOCRA la friolera de 377 millones de pesos mensuales, totalizando, al cabo de ocho meses, nada menos que 3.000 millones de pesos “para la realización de acciones sociales, asistenciales y de apoyo en lo previsional y/o culturales”.
La paritaria de Martínez incluye, eso sí, cláusulas de género, que en la construcción son para la tribuna porque no toman mujeres en las obras, pues requeriría condiciones de trabajo en las que las patronales no piensan invertir un centavo, a saber, en materia baños, vestuarios, trabajos livianos, etcétera.
Del acta se desprende que hay un acuerdo expreso de que las patronales avanzarán con despidos (después de un breve protocolo de tratamiento) a todos aquellos trabajadores afectados por las drogas y el alcohol. Este permiso para despedir lo visten del siguiente modo: “Ambas partes ratifican que el uso y abuso de drogas y sustancias psicoactivas constituye una problemática social que se proyecta sobre la vida de las personas, impacta en su trabajo, afectando su integridad y seguridad, así como su rendimiento y desarrollo en su ámbito laboral” (acta).
El acta firmada es un modelo para las patronales: nada de discusión de condiciones de trabajo, flexibilidad laboral, vista gorda al trabajo en negro, 25 puntos de pérdida salarial anual, cláusulas de paz social, funcionamiento de la vida gremial basada en las coimas patronales
Aunque Gerardo Martínez es un operador político en las filas del Frente de Todos, Patricia Bullrich, en la reciente reunión de la AmCham -un foro de las grandes patronales, convocado por la cámara de comercio norteamericana- recordó que, en el campo laboral, la política de "Juntos por el Cambio" es la de Gerardo Martínez. En materia del sistema de indemnizaciones, es partidaria de aplicar para todos los trabajadores de la Argentina el siniestro modelo de la UOCRA de la libreta de fondo de desempleo el trabajador financia su propia indemnización.
La paritaria de Gerardo “Batallón 601” Martínez es un verdadero “récord” de entrega. Hay que terminar con la lacra de la burocracia sindical.
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