ObSBA paralizada, un sistema de salud en derrumbe
Escribe Ana Belinco
El martes 25 marchemos contra el presupuesto de Massa, los Fernández y el FMI, en defensa de nuestra salud.
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El 19 de septiembre se filtró una nota interna dirigida a Juan Carlos Cela, presidente de ObSBA, firmada por el asesor de la Dirección General Médica de la ObSBA, Leandro Zarlenga, el director administrativo del Sanatorio Méndez, Dante Escobar, y el subdirector administrativo también de ese centro de salud, Axel Urbanavicius. En ese documento confirman la situación terminal en la que se encuentra la obra social, como viene siendo denunciada desde febrero por sus afiliados y trabajadores a través de la movilización autoconvocada.
En dicho documento se especifica que, tras una reunión con la Coordinación Financiera de la obra social, se declaró el cese completo de prestaciones por parte de la empresa de estudios por imágenes y hemodinamia Mediter S.A. “Luego de dialogar con autoridades de dicha empresa, se consensuó la realización únicamente de aquellos estudios que categoricen como urgencia-emergencia, previa autorización por las partes de las mencionadas autoridades”, indica la nota. Vale decir que dicha empresa privada funciona haciendo uso de medio subsuelo del Sanatorio Méndez por medio de una concesión cuyos términos son desconocidos para los afiliados.
El escrito detalla que el servicio de Anestesiología “también informa verbalmente la intención de dar de baja el contrato prestacional” y que el Sanatorio Méndez no está pudiendo llevar adelante ni la más mínima desinfección de su instrumental. “La empresa Sterilab suspende el servicio de esterilización de nuestro instrumental, dado que nuestro equipo de óxido de etileno está fuera de servicio por reparación. Dicha suspensión se mantendrá hasta tanto sea cancelada la cuenta corriente (informado por la Srta. Analía Valli). Esto sumado a la rotura de la máquina lavadora instrumental, aguardando su reparación”. Esta situación según el propio documento tuvo como consecuencia las constantes suspensiones de procedimientos quirúrgicos programados. “El problema alegado es el destrato reiterado y la falta de cumplimiento de las condiciones contractuales, luego de reuniones con la Coordinación Financiera”.
Otro de los problemas mencionados que confirman las denuncias que se vienen realizando son las “serias dificultades para encarar la internación de pacientes que concurren a la guardia por salud mental”, problema que también se relaciona con la falta de pago y el acotamiento de las prestaciones dentro del propio Julio Méndez.
También el servicio de Gastroenterología -informan- se encuentra “extremadamente limitado” al momento de solicitar una colangiopancreatografía retrógrada endoscópica (CPRE), debido a que el duodenoscopio se encuentra en espera de reparación o remplazo desde hace varias semanas.
Como denunciaron los propios profesionales de la salud del sanatorio, motivo por el cual, junto al conflicto salarial fueron al paro apoyados por el colectivo de afiliados autoconvocados, el documento sentencia que “Cabe aclarar que no contamos con prestadores externos para satisfacer la demanda, lo cual conlleva a una situación tácita de parálisis prestacional”.
A esta situación se le sumó que en la última semana Vittal, la empresa privada que brinda atención a los afiliados, informó que suspende toda atención que no sea netamente de emergencia dejando sin posibilidad de recibir atención en domicilio en el cuadro de colapso del propio sanatorio central, hoy convertido en casi único efector de salud para casi 300.000 afiliados
La situación de quiebra de ObSBA -que en diferente grado se da también en el resto de las obras sociales- es el resultado de la quiebra de un régimen social, político y económico que ya no es capaz siquiera de dar respuesta a las demandas sanitarias de los seres humanos a los que explota. Una mano de obra que, cuando se enferma por su propia condición finita, su padecimiento se agudiza por un régimen laboral que ha ido eliminando el tiempo de descanso y deteriorando las condiciones salariales, y no tiene dónde atenderse. Las obras sociales están fundidas; el presupuesto de la salud pública está siendo desmantelado, como se verifica en los hospitales y los Cesac; las condiciones laborales y salariales del personal de salud son misérrimas. En el presupuesto 2023, pronto a ser votado por todas las fracciones del régimen, se deja abierta la puerta parta gravar con un 15 % los planes de salud superiores a los básicos, gravamen que será transferido a los usuarios. La recaudación de este impuesto no se encuentra asignado a la Salud, sino a reducir el déficit fiscal para el pago de una deuda que no es más que saqueo y timba.
Desde esta comprensión este martes 25 marchemos contra el presupuesto de Massa, los Fernández y el FMI en defensa de nuestra salud y nuestras condiciones salariales y laborales.
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